Para contestar esta pregunta es necesario diferenciar en primer lugar entre “coste” y “valor”.
Cuando hablamos de “coste” estamos realmente hablando de dinero, lo cuál es un concepto objetivo y cuando hablamos de “valor” estamos hablando de un concepto subjetivo, sujeto a las opiniones y emociones de cada persona.
Si nos centramos en el coste, es posible cuantificarlo en función de si el trabajo lo realiza una persona particular para sí misma, en su tiempo libre, o bien un genealogista profesional o empresa de servicios genealógicos.
Obviamente, si uno realiza el trabajo en sus horas libres o vacaciones, podríamos decir que le resulta gratis, o casi. No sería lo mismo si debe abandonar su trabajo para dedicarse a la búsqueda genealógica, pues en ese caso dejaría de percibir su salario, y el estudio genealógico ya le estaría costando dinero.
Aún así, conviene tener en cuenta que cuando alguien decide hacer su propio árbol genealógico va a tener irremediablemente un coste intangible, el que supone dejar otras actividades de lado, ya sean personales o compartidas con la familia, para poder dedicar las innumerables horas que conlleva una investigación genealógica.
Además, existen otros costes cuantificables como son los gastos en desplazamientos, tasas de archivo y material informático y/o de escritorio.
La principal ventaja de contratar a un profesional cualificado para llevar a cabo la investigación genealógica es que podrás despreocuparte del tema y dedicar tu tiempo libre a descansar o a tu hobby favorito, en lugar de tener que enfrentarte a un reto para el que seguramente no tienes los conocimientos ni la experiencia adecuada.
Pero está claro que el genealogista profesional debe cobrar por sus servicios. Para realizar tu investigación tendrá que hacer frente a los mismos gastos que tendrías tú (desplazamientos, dietas, tasas de archivo , material informático y de escritorio…) más los asociados a cualquier negocio (salarios, alquiler del local, suministros, seguridad social, impuestos, etc..)
Para ello deberá presentarte un presupuesto, ligado al tiempo de dedicación o bien a la consecución de objetivos. Lo normal es tener que abonar un anticipo para iniciar el trabajo de búsqueda.
Los precios serán bien distintos en función de si la investigación debe incluir todas las ramas de antepasados o centrarse en la línea del apellido, ignorando las demás.
El valor de un árbol genealógico, o de un estudio de antepasados es algo subjetivo, no se puede medir en términos económicos, ya que es el interés de cada persona por su propia Historia Familiar lo que lo convierte en algo más o menos valioso.
Desde el punto de vista de las emociones, un árbol genealógico es algo perdurable en el tiempo, por tanto posee un valor creciente a medida que pasan los años.
La investigación genealógica aporta información acerca de la vida de nuestros ancestros, de modo que seguirá siendo válida para nuestros descendientes.
Podemos entonces preguntarnos: ¿qué representa el coste económico que supone este estudio genealógico en relación al valor emocional que tiene y tendrá en el futuro como legado para mi familia?
Para la gran mayoría de personas, tener la posibilidad de conocer sus orígenes vale mucho más de lo que cuesta.
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Hola, buen día, he estado viendo parte del contenido que ustedes publicitan en la web y me parece, en verdad, muy interesante, me gustaría compartir con ustedes algunos puntos afines, especialmente en las enseñanzas dejadas por nuestros ancestros a todo nuestro cuadro familiar, costumbres, querencias, hijos, educación; es decir, todos aquellos elementos que nos pueden unir como humanos o como seres queridos de una determinada familia. Por tal motivo, pongo a su disposición el material que he venido desarrollando en mi Blog
“Desde La Trampa, Mérida, para el mundo”.
Feliz día y un abrazo