Cuando nuestros clientes nos explican lo poco o mucho que conocen de su historia familiar, a menudo aparecen casos que se podrían considerar “especiales”, de personas cuya filiación siempre ha generado dudas en el ámbito familiar.
Desde el punto de vista de la genealogía, cabe distinguir cada caso particular y catalogarlo correctamente en su categoría para tomar las acciones necesarias que permitan seguir progresando en la investigación del árbol genealógico.
Conviene por tanto diferenciar los siguientes casos:
Personas huérfanas
En principio este caso no ofrece ninguna dificultad para la identificación de los padres. Simplemente el padre, o la madre, o ambos fallecieron siendo el hijo menor de edad, pero la inscripción de nacimiento en el registro civil o la partida de bautismo eclesiástico debería informar sin problemas de los nombres de sus progenitores.
Es habitual la confusión entre niños huérfanos y niños expósitos que han sido abandonados por los padres, pero en realidad pensamos que eso es un error, ya que esta circunstancia debe incluirse en la siguiente categoría:
Personas expósitas, hijos de padres desconocidos
Son aquellas cuya crianza ha sido confiada por sus padres a una institución de beneficencia. Existen multitud de motivos para ello, pero los más usuales son la falta de recursos económicos para hacer frente a una crianza digna y/o la voluntad de ocultar un parto fruto de una relación ilegítima o considerada inaceptable por la sociedad.
En ocasiones estos niños eran abandonados frente a la vivienda de alguna familia acomodada, en la puerta de una iglesia o en establecimientos benéficos, muchas veces regidos por religiosas, como son los llamados Hospicios, Inclusas, o Casas Cuna. De ahí vienen los otros nombres por los que se conoce a un niño abandonado o expósito: Hospiciano, inclusero o cunero.
Es muy común que estos niños fueran registrados con apellidos con connotaciones religiosas: De la Iglesia, San Juan, De Dios, De María, etc… pero en otras ocasiones el apellido impuesto era simplemente Expósito o incluso Incógnito.
De todos modos, se dan casos en que se ha intentado ocultar este origen registrando a los niños con apellidos muy comunes en el lugar, con lo que presumiblemente pasarían desapercibidos.
Para la investigación genealógica son casos difíciles puesto que muchas veces el origen de estas criaturas era precisamente lo que se pretendía esconder con su abandono, no obstante los archivos históricos locales suelen conservar documentación de los hospicios.
En esta documentación suele encontrarse como mínimo el expediente del menor y en algunas ocasiones incluso las circunstancias en que fue recogido.
Hijos naturales o hijos ilegítimos
Se denominan así aquellas personas cuyos padres no han contraído previamente matrimonio.
En muchas ocasiones esta circunstancia no es un problema para averiguar quienes son su padre y su madre, si ambos reconocieron al hijo como suyo y así constan en documentos como la partida de nacimiento, bautismo, matrimonio o defunción de la persona.
Cuando esto no es así y sólo consta en los documentos uno de los dos progenitores, hablamos de hijos naturales de padre desconocido o de madre desconocida:
Hijos de padre desconocido, o hijos de madre soltera
Generalmente se trata de personas cuyos progenitores no estaban casados y la identidad del padre no consta en ningún documento personal del hijo/a, en la mayoría de casos debido a que la madre fue abandonada por el padre biológico o bien este estaba casado con otra mujer.
A veces estos hijos son reconocidos posteriormente como suyos por el padre en un documento notarial o en el propio testamento.
Hijos de madre desconocida
Aunque son poco frecuentes, se dan casos en los que el bebé, fruto de una relación fuera del matrimonio, es acogido por el supuesto padre biológico, quien se hace cargo de su crianza dejando en el anonimato a la madre biológica.
Hijos legítimos
Se incluyen en este grupo todos los hijos habidos en una relación matrimonial, ya que se da por hecho que son hijos biológicos de ambos cónyuges, aunque obviamente la única forma de poder demostrarlo científicamente es mediante una prueba de ADN.
Hijos adoptados
Son aquellos que han sido acogidos por una familia, independientemente de la edad que tuvieran en el momento de la adopción (siempre antes de la mayoría de edad) y de si la esta fue legalizada y comportó o no un cambio en los apellidos de la persona.
En muchos casos se trata de niños expósitos.
Desde el punto de vista genealógico, para poder identificar a los padres biológicos será necesario estudiar el expediente de adopción, si existe.
La evolución de la sociedad ha hecho que en la actualidad existan diferentes tipos de familia. Obviamente este artículo se refiere a los casos que pueden encontrarse durante una investigación genealógica de antepasados que abarque desde unas décadas a varios siglos atrás, cuando existían una serie de tabúes y una fuerte presión social debido a las creencias religiosas.
Consúltanos tu caso particular y te ayudaremos a descubrir tu historia familiar.
Mi padre quien no sabe si nació en 1945 o 1946 fue criado en hogares de niños en Argentina. Su apellido es Dominguez pero según él, la partida de nacimiento se la hicieron a los 18 años para ingresar al ejército porque no la encontraron. Él no tiene recuerdo del primer hogar casa cuna donde lo dejaron, dónde quedaba o cómo se llamaba, sólo que había monjas a las que llamaban Carmelitas. El segundo hogar donde lo trasladaron fue en Las Flores provincia de Bs. As. Allí llame para ver si existen datos pero hubo un incendio y todo se perdió. Es una aguja en un pajar, no existen datos por dónde arrancar. Qué puedo hacer? Gracias