A menudo las ansias por conocer la historia de la familia hace que muchas personas quieran correr demasiado en la búsqueda de documentos relativos a los antepasados.
A veces es urgente conseguir la documentación probatoria para un trámite de herencia o de nacionalidad.
Este hecho, sumado a la falta de información o la imprecisión de datos para buscar en los archivos, hace que se vea el objetivo como algo casi imposible de lograr, sobre todo para alguien inexperto en este tipo de búsquedas, provocando frustración y en muchos casos, abandono.
En un buen genealogista debe predominar, entre otras cualidades, un gran sentido común y de la lógica: si tienes un gran problema con muchas incógnitas, divídelo en partes, y actúa para resolverlas una a una.
Hay una regla bien simple de la que no podrás escapar: cuanta menos información tengas de tus antepasados, más tiempo deberás trabajar a partir de la información que ya conoces, así que ten paciencia.
Vamos a explicar esto:
Es obvio que para conseguir una información concreta de una persona es necesario tener algún dato sobre ella. Estos datos pueden haber sido obtenido de un documento o quizás nos han llegado de forma oral.
Es muy importante en este caso tener clara la fiabilidad de la fuente de información, si no puedes estar seguro de la exactitud de la información que te ha llegado oralmente, mi recomendación es que consigas en primer lugar los documentos que la confirmen o la desmientan.
Si ni siquiera cuentas con bastantes datos como para buscar estos documentos, muy probablemente deberás partir de documentos aún más recientes.
Estos documentos te darán información suficiente para la obtención de otros más antiguos, ¡incluso es posible que te lleves alguna sorpresa! Por ejemplo, las actas de nacimiento o de bautismo te aportaran información acerca de los padres, y en ocasiones hasta de los abuelos.
Quizás en un principio pienses que es una pérdida de tiempo buscar documentos probatorios de hechos que conoces en detalle (o al menos eso crees), pero desde la experiencia te aseguro que no es así.
El estudio del árbol genealógico requiere una cierta metodología, no admite prisas, y como cualquier trabajo debe estar planificado.
De esta manera, paso a paso, tus satisfacciones serán mayores y te asegurarás de que las personas que vayas descubriendo son realmente tus antepasados, y no solamente personajes con quienes compartes un determinado apellido.
Hola, Victoria.
Como has podido leer en este artículo, demasiadas veces caemos en el error de querer empezar «la casa por el tejado». Es importante conocer el origen del apellido, pero tanto o más interesante es conocer su historia, o mejor dicho, la de tus familiares con ese apellido.
El apellido Navarta no parece tener un origen patronimico, es decir no proviene de ningún nombre propio en castellano, ni toponímico, ya que no hemos encontrado ningún lugar con ese nombre en la península ibérica. Tampoco hace referencia a una profesión o cargo ni a un mote o un aspecto físico .
En estos casos recomendamos más que nunca una rigurosa investigación genealógica por línea de apellido, que probablemente permitiría conocer como se formó y el origen de tus antepasados.
Aunque sólo es una hipótesis, creemos que hay una posibilidad de que Navarta sea un derivado de algún apellido centroeuropeo. Hay que recordar que durante el siglo XVIII llegaron a Andalucía numerosos trabajadores procedentes de Alemania, Flandes, Francia, Suiza e Italia, y es posible que introdujeran en la zona un apellido de fonética similar que se transformara por desconocimiento del idioma original.
Te deseamos un feliz verano.
me gustaria saber de donde proviene mi apellido Navarta