La genealogía es un pasatiempo ideal, especialmente tras la jubilación, ya que a menudo la falta de obligaciones laborales conlleva un paulatino abandono de la actividad cerebral.
Todos los expertos coinciden en los beneficios de que las personas mayores ejerciten su mente para prevenir o frenar ciertas enfermedades mentales degenerativas, sobre todo teniendo en cuenta la creciente esperanza de vida.
De hecho los estudios más recientes demuestran que mantenerse mentalmente activo puede ayudar a reducir la posibilidad de contraer la enfermedad de Alzheimer en un cincuenta por ciento y que las personas pueden retener cerca del 98% de sus capacidades mentales hasta los 80 años siempre y cuando no existan deterioros físicos
Entre las actividades que ayudan a mantener activo el cerebro están aquellas que le obligan a recurrir a la memoria para recordar nombres, apellidos, lugares o sucesos pasados.
Si además, la afición por la genealogía deriva en la necesidad de adquirir nuevos conocimientos para no quedar al margen de los cambios tecnológicos, mejor que mejor !!!
Quizás ello signifique ver menos la televisión, pero al fin y al cabo ésta representa una actividad pasiva para la mente y de lo que se trata es de estimularla.
Estas son algunas de las tareas que implica la reconstrucción del árbol genealógico y que obligan a realizar un cierto trabajo mental:
- Organizar documentos, fotos, etc…
- Hacer listados de familiares.
- Recordar fechas y lugares de nacimiento, bodas o defunciones.
- Recordar circunstancias y sucesos familiares.
- Recordar lugares de residencia.
- Recordar lugares de trabajo.
- Leer documentos antiguos.
- Conversar acerca de los recuerdos y las historias familiares.
- Revisar viejos álbumes de fotos.
Si se quiere ampliar el árbol genealógico a la búsqueda de antepasados más antiguos, es necesario también aprender el método genealógico, consultar archivos o parroquias, etc….
El uso de las nuevas tecnologías permite además la búsqueda de información por Internet, introducir la información en una base de datos y compartirla con otras personas a través de Internet.
Todo ello puede ayudar a la persona a mantenerse más activa, actualizarse, sentirse más joven y mejorar su calidad de vida, incrementando así su autoestima.