La Genealogía es la ciencia que estudia la ascendencia y descendencia familiar de una persona. Los árboles genealógicos, en cualquiera de sus formas, representan los vínculos entre las personas de una misma familia.
La posibilidad de tener nuestro árbol de la familia representado en un gráfico ya no es algo reservado a personas con orígenes nobles o de un alto nivel social, por eso queremos llegar a todas la personas deseosas de recordar dignamente a sus antepasados.
Históricamente, los estudios de Historia Familiar o investigaciones de antepasados han estado muchas veces ligados a reclamaciones por parte de supuestos herederos de tierras, privilegios de nobleza o beneficios de algún tipo.
Por ello desde siempre se ha relacionado esta ciencia con familias de un elevado rango social.
Sin embargo, en Abueling.com creemos que el conocimiento de nuestro origen y el recuerdo de nuestros padres, abuelos, etc. es algo importante que merece ocupar un lugar privilegiado en nuestra memoria, representando un magnífico legado para nuestros hijos y nietos, sea cual sea el nivel social o económico de la familia.
Al fin y al cabo, con la genealogía familiar estamos rindiendo homenaje a todas aquellas personas que nos han precedido desde siglos atrás y sin las cuales, hoy no existiríamos.
«La persona sin un conocimiento de su historia pasada, sus orígenes y su cultura, es como un árbol sin raíces»
Genealogía y Árbol Genealógico
La Genealogía, como ciencia que estudia la ascendencia y la descendencia de las familias representa para muchas personas una oportunidad única de descubrir y conocer detalles de su propia historia.
La representación gráfica de la genealogía familiar es lo que llamamos normalmente “Árbol de familia o genealógico”.
Bien sea como afición, para la que se necesita mucho tiempo libre, dedicación y paciencia, o bien encargando la investigación a profesionales, es muy emocionante averiguar cómo se llamaban, donde nacieron o a qué se dedicaban nuestros ancestros.
Nuestros ancestros
También es un tributo a todos los que nos antecedieron, sin los cuales hoy no estaríamos aquí, nos sirve para reforzar los vínculos entre los miembros de la familia e incluso para retomarlos con aquellos que por la distancia u otros motivos se han ido perdiendo.
¿A quién no le gusta sentirse parte de algo más grande?
La familia es mucho más que las personas que vemos cada día. Pocas veces nos paramos a pensar que somos fruto del amor, primeramente de nuestros padres, está claro, pero también del de los suyos, y así sucesivamente.
Independientemente de lo numerosa que sea nuestra familia actual, tenemos padre, madre, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, etc.
A este ritmo, llegamos a tener más de ciento veinte antepasados en solo cinco generaciones por detrás de cada uno de nosotros, los cuales a pesar de que nos puedan resultar desconocidos, representan nuestra ascendencia directa y nos marcan genéticamente.
Transmisión de valores
De todos ellos hemos heredado nuestra cultura, valores y tradiciones; en algunos casos, somos una mezcla de razas, o de personas con orígenes muy diversos, incluso geográficamente, lo que nos permite tener una visión más abierta y tolerante ante fenómenos como la inmigración.
Para niños y jóvenes es muy didáctico poder seguir la historia local a través de su propia genealogía y representa una magnifica ocasión para tener momentos de encuentro intergeneracional e intercambiar impresiones con padres y abuelos.
Al compartir con nuestros hijos los detalles sobre las condiciones de vida que llevaron nuestros antepasados, les ayudamos también a valorar más todo lo que tenemos actualmente.
Los mayores de la familia pueden y estarán encantados de ayudar en la tarea de reconstruir la historia familiar. A ellos les gusta ser escuchados al recordar tiempos pasados y se les puede animar a explicar todos los detalles posibles acerca de nombres, apellidos, fechas y lugares, a la vez que les servirá de ejercicio mental.