Cada día 1 de Noviembre se celebra la festividad cristiana de Todos los Santos. Así como la celebración de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos (Halloween en su versión anglosajona) es un día en el que se honra a los familiares ya fallecidos.
Es tradición acudir a los cementerios para rezar, encender velas y llevar flores a los antepasados que están allí enterrados, aunque este costumbre se está también debilitando debido al creciente número de incineraciones.
Fue el pontífice Gregorio III quien fijó en el siglo VIII la fecha del primero de noviembre como el día de todos los Santos, para los que consagró una capilla en la Basílica de San Pedro de Roma.
Como muchas otras celebraciones católicas, con el paso de los años ha ido perdiendo parte de su carácter religioso para convertirse en una fiesta lúdica más.
En muchos países americanos durante este dia los niños van de casa en casa pidiendo golosinas a cambio de canciones o chistes.
Existe también una tradición gastronómica ligada a la celebración de Todos los Santos.
Por ejemplo en España son típicos los boniatos, las castañas asadas, los buñuelos, las migas de niño (en Castilla-La Mancha), los panellets (en Catalunya), las gachas de leche y los pestiños (en Andalucía).
En algunos países latinoaméricanos incluso se homenajea a los difuntos llevándoles su comida favorita al cementerio, como prueba de que se les recuerda.
En México, el día 1 de noviembre, se celebra el llamado día de Todos los Santos, que es cuando llegan las almas de los niños y el 2 de noviembre, el día de Muertos, es cuando llegan las ánimas de los adultos.